El aperitivo. "Miedo a la muerte estilo Imperio", Astrud.
"Esta cosa de cantar canciones/ Así en abstracto,/ Esta alegría fuera de contexto,/ Y que no sepa qué va primero,/ Si la rima o la idea.
De las razones que me das para explicarlo/ Todo al revés/ ninguna es sólida/ Después de que haya puesto/ En marcha los cigüeñales/ De neurótico decorativo/ Que forman parte/ De mi equipamiento de serie.
Miedo a la muerte estilo Imperio/ Depresiones Bidermeier/ Mal rollo Luis XV/ Y mira lo en serio que me lo tomo,/ Y mira el asco que doy/ Cómo se me dispara el factor cursi./ Que me quieras, te digo./ Quisiera resbalar cadena causal abajo/ Hasta, no sé,/ Hasta, no sé,/ El motor inmóvil o el punto omega/ Y dejar de saltar de serie en serie/ Como una paradoja circulante./ (...)/ Hay demasiada cafeína/ en mi torrente sanguíneo/ y una falta de síntesis conectivas/ en mi vida./ Hay demasiada proyección mitopoyética/ Entre las mías y las prestadas".
La voz de esta canción analiza el propio hecho de cantar (o la propia actividad creativa) desde el punto de vista conceptual, y la posibilidad de que la forma predomine sobre el contenido. Ninguna postura crítica parece aclararlo, y dicha autocrítica sólo provoca un metaejercicio estético, una “neurosis decorativa” que se autodefine de modo demasiado grave. La voz de la canción desea recuperar una secuencia lógica que le lleve al inicio del discurso y a una síntesis clarificadora evitando las paradojas, la contradicción y los préstamos. O no.
1 comentario:
Más bien no.
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