Borrador 1
Volvemos a
encontrar en Fred Cabeza de Vaca un recurso recurrente en la obra de Mora: el
uso del discurso ajeno y acumulación de enunciados. En este caso se subraya más
el hecho documental, que da sentido global a la obra, ya que la intencionalidad
del propio artefacto (la novela) es la de ser una investigación llevada a cabo
sobre el artista Fred Cabeza de Vaca. La cita o referencia de otros enunciados
dentro de esta investigación, bien para afirmarlos, negarlos, matizarlos o dar
un punto de vista sobre ellos, incluso las señales sobre las omisiones en ellos
(las ausencias presentes) es una manipulación de dichos documentos, una
subjetivación de la palabra ajena. De ese modo la investigadora filtra la
valoración final, al transferir la realidad conocida y valorada en una unidad
nueva. La investigadora es el contenedor y el contenido. Un juego que no se acaba
dado que su propia identidad (cualquier identidad) adolece de sesgo. Hay una
voluntad estilística para integrar las distintas formas en un discurso sin
deriva, donde los diversos géneros (diarios, notas de prensa, emails…) conforman
un enunciado en su significado más simple. Es decir, quizá lo menos interesante
es ese nuevo sentido de una voluntad abarcadora de totalidad frente a la propia
diversidad de os fragmentos como tales. La interacción viva entre los géneros
discursivos presentes en los fragmentos del texto es lo que Batjin llamaría una
dialogía, una manifestación de la otredad que Mora analizaba en el ensayo El
Sujeto Boscoso.
Estos discursos,
o fragmentos de discurso, son los instrumentos para entender la interacción
social de los agentes representados, en este caso los agentes de poder
relacionados con la cultura en las primeras décadas del siglo XXI.
Dado el control
sobre el texto y las escasas fisuras poéticas, sería posible deducir que no
parece importar tanto la literariedad como el funcionamiento del texto. La
propia naturaleza de los enunciados es una pelea entre autor (enmascarado por
la investigadora), héroe y lector. Se podría decir que, como novela, es una reproducción
de las relaciones clásicas del género de la novela en el sentido histórico. Esa
pelea además cambia de foco, en un cambio de constante entre microcosmos y
macrocosmos.
Como señala
Saussure, estos fragmentos o enunciados, y ello se recalca a menudo en el
propio texto, son correas de transmisión entre la sociedad y su cultura.
Lo estilísitico,
lo gramatical, la lengua, simplemente no es lo prioritario. Existe una
intención pragmática de los fragmentos como superestructuras que ejecutan un
hipercodificación. En este sentido, se agradece que la voz de cada enunciado no
sea excesivamente marcada, como ocurría en Alba Cromm. El lector, en última
instancia, completa el acto, aunque en una dirección encarrilada.